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  Los Ovnis
 
Los  Ovnis

 
Por: KATHERINE ZAMBRANO
       
MARIA JOSE RIQUELME
                    2º D

El fenómeno de los Objetos Voladores No Identificados (Ovnis) siempre nos sorprende con la variedad y espectacularidad de sus casos. Esta vez, varias personas aseguran haber estado en contacto radial con seres aparentemente extraterrestres que habitan una isla del sur austral de Chile. Más de 25 cintas magnetofónicas avalan sus testimonios.

Esta misteriosa historia se inicia una noche de junio del año 1984, en la Décima Región de Chile, específicamente en el faro Mitagues, ubicado en el Canal de la Moraleda.

En ese lugar, se encontraba un grupo de siete personas, al parecer de la Armada Nacional, quienes atónitos observaban como un inmensa bola de color rojo se posaba sobre el agua a sólo algunos metros de distancia. Ante el miedo tomaron la radio de comunicaciones y comenzaron a pedir ayuda. La comunicación iba dirigida a Iquique.

En Santiago, el llamado era escuchado por la familia Ortiz, compuesta por Octavio, Cristina y sus hijas Claudia, Andrea y Paula. Ellos poseen una emisora de 27 megaciclos (banda ciudadana). Su indicativo: Lucero.

Luego de unos 15 minutos, y como no recibían respuesta, Octavio ofreció servir de puente entre los dos puntos. Le contestó Héctor, que era la persona a cargo del grupo. Le contó que no sabía qué era esa luz que tenía enfrente. "Esta cosa nos ha provocado desperfectos en los equipos eléctricos" le dijo.

En esa conversación interviene una tercera persona; el capitán del buque petrolero "Misteryes", que le pedía a Héctor que avisara lo que ocurría a las autoridades porque él navegaba con todos sus instrumentos vueltos locos.

De pronto Héctor le señala a Octavio que, "esa cosa se está agrandando, y se empieza a mover. Se está levantando. Viene hacia acá". Luego de eso se escucharon ruidos y gritos, que llevaron a la aguja de la radio hasta el máximo de su potencia y la trasmisión se interrumpió completamente.

Pese a los insistentes llamados desde la estación Lucero, el sur Austral no contestaba.

Luego de más de tres minutos de silencio y angustia, apareció la voz de Héctor que muy impactado le narró que esa cosa pasó por sobre sus cabezas y que la gente que estaba afuera se les quemó la piel.

Al día siguiente, una llamada radial de una mujer de nombre Silvia entregó el siguiente mensaje de parte de Héctor: "Dile a Octavio que no comente nada de los que ocurrió anoche porque corre peligro su puesto".

Desde ese día la familia Ortiz no supo nada más de aquel misterioso personaje del faro Mitagues.


Dos días después de este hecho, las llamadas misteriosas continuaron. Un capitán del barco Mitilius II de nombre Alberto, comenzó a comunicarse desde los canales australes. Le señaló a Octavio que él había presenciado todo lo que había ocurrido en el faro Mitagues y también había escuchado la conversación. Aparentemente él estaba haciendo experimentos con el choro zapato, por lo que en esa zona tenía una serie de redes e instrumentos. Lo más extraño es que después de aquella noche, estos desaparecieron, contó.

Tiempo después Octavio sabría que el capitán Alberto, trabajaba para el Departamento Oceanográfico de la Universidad de Chile, en el cuidado de las vedas.

Por largos meses este personaje se perdió de la familia Ortiz. Cuando se volvió a comunicar su voz era muy extraña, no era el mismo. En una conversación le dijo: han pasado cosas, cosas muy buenas.


 
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